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Victor Soto Ledezma
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Banxico recorta tasa a 7.5%: riesgos para economía mexicana
El 25 de septiembre se publican los resultados de la reunión de Banxico, y el mercado espera que la tasa de referencia se reduzca a 7.5%. La decisión confirmaría la continuidad de un ciclo de relajación monetaria que busca equilibrar inflación y crecimiento.
Sin embargo, detrás de este ajuste técnico se esconde un debate más profundo: ¿está México controlando la inflación a costa de frenar la inversión, el empleo y el desarrollo empresarial?
Inflación contenida por debilidad del consumo
En los últimos trimestres, el control de la inflación en México ha descansado menos en la efectividad de la política monetaria y más en la debilidad del consumo interno, que cayó (-0.1% anual en junio) que junto con el desplome de la inversión (-6.4%) dan señales de alerta para el modelo económico. La moderación de la masa salarial y un menor dinamismo del empleo formal han reducido la capacidad de gasto de las familias.
Esto significa que los precios se mantienen bajo control porque la economía está debilitada. Una estrategia así resulta insostenible en el largo plazo, pues erosiona la demanda agregada necesaria para que surjan empresas dinámicas y salarios competitivos.
El desfase entre inversión, consumo y salarios

Los datos recientes muestran que, mientras el consumo privado y la masa salarial no han caído de manera tan pronunciada, la inversión fija bruta si se desplomó. Este desfase es un signo de alerta: las familias todavía sostienen el gasto, pero las empresas no están destinando capital suficiente para expandirse, modernizarse ni generar empleos de calidad.
Si no se revierte esta tendencia, México podría enfrentar un proceso de pauperización empresarial, donde las compañías locales sobreviven con márgenes estrechos, limitando el crecimiento de la productividad y, con ello, la posibilidad de una mayor oferta de empleo formal y aumentar los salarios reales.
El debate sobre la tasa natural
En este escenario se vuelve necesario el concepto de la “tasa natural de interés”, esta tasa es aquella que equilibra ahorro e inversión pero sin presionar la inflación. Estudios académicos han estimado que en México podría ubicarse entre 2.7% y 3.6% en términos reales. Sumando un objetivo de inflación del 3%, la tasa nominal de equilibrio rondaría entre 6.5% y 7%; pero según mis calculos la tasa natural mexicana estaría entre 5.5% y 6.7 tomando en cuenta las expectativas actuales.

En cualquiera de estos dos niveles de tasas, esto implica que la tasa actual de Banxico, incluso después de la baja esperada a 7.5%, sigue por encima del nivel neutral, limitando innecesariamente la actividad económica. A diferencia de países desarrollados, en México no existe una institución oficial que mida y publique regularmente esta tasa. Dada la magnitud de nuestra economía, resulta indispensable crearla ya.
Los “precios pegajosos” y sus riesgos
Basar el control inflacionario en frenar el consumo tiene un límite: los “precios pegajosos”. Este concepto economico de la escuela monetarista habla de que los precios tienden a subir lentamente incluso aún más todavía cuando la demanda se debilita, lo que genera un círculo vicioso: la inflación si se reduce un poco, pero a cambio se sacrifican crecimiento, inversión y empleo.
Así se construye una economía con empresas locales pequeñas, poco competitivas debido a la falta de inversión y por ende salarios estancados.
Repensar el modelo económico
El dilema actual no es solo monetario, sino estructural. La debilidad de la inversión fija bruta está también relacionada con un modelo económico altamente centralizado, donde el Estado controla sectores estratégicos como la energía, donde por mandato el gobierno es el único que puede invertir o que da permisos para invertir.
Aunque el control estatal busca proteger intereses nacionales, en la práctica ha frenado la llegada de capital productivo y la competencia en sectores clave. Esto limita la modernización de la infraestructura, encarece los costos de producción y reduce la capacidad de la economía para sostener un crecimiento robusto.
Repensar este modelo —donde la política económica estimule la inversión privada y fomente la productividad en lugar de depender del consumo deprimido— es fundamental para evitar que la economía mexicana entre en un estancamiento prolongado.
Qué esperar hacia adelante
De acuerdo con BBVA Research, Banxico continuará con recortes graduales hasta llevar la tasa a 7.0% hacia finales de 2025. La inflación general podría cerrar el año en 3.7%, con la subyacente en 4.2%, retomando una trayectoria desinflacionaria a partir del cuarto trimestre.
El consenso del mercado anticipa que el ciclo de recortes seguirá en 2026 hasta alcanzar niveles de 6.5%, lo que acercaría la política monetaria al rango estimado de la tasa natural.
Conclusión
El recorte anunciado por Banxico será visto como un alivio para los mercados, pero no resuelve el dilema de fondo. México necesita transitar de un modelo de control inflacionario basado en la debilidad del consumo hacia uno que promueva la inversión productiva y la modernización empresarial.
De lo contrario, la economía corre el riesgo de consolidar un patrón de crecimiento bajo, inversión estancada y salarios insuficientes, atrapada entre precios pegajosos y un modelo estatal que no libera el potencial del sector privado.
La tarea está clara: repensar el modelo económico para liberar inversión, impulsar productividad y construir un crecimiento sostenible.
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