
Por: Víctor Manuel Soto Ledezma
Fecha: 13 de noviembre de 2025
El reciente cierre de gobierno en Estados Unidos, detonado en gran parte por una disputa sobre subsidios de salud, ha vuelto a poner el dedo en la llaga de una herida financiera abierta: el sistema de salud estadounidense es el más caro del mundo, pero sus resultados no justifican la factura. Mientras la deuda nacional de EE.UU. Sigue escalando, los inversores y analistas se preguntan: ¿Es un problema de falta de dinero o de ineficiencia sistémica?
Al comparar a las principales economías del mundo, descubrimos que Estados Unidos es una anomalía financiera, mientras que modelos en Asia y soluciones de mercado en América Latina ofrecen lecciones urgentes sobre eficiencia fiscal.
1. La Realidad de los Números: ¿Quién gasta más?
Existe el mito de que Estados Unidos tiene un sistema “privado” y por eso el gobierno gasta poco. Los datos demuestran lo contrario. Incluso si excluimos los seguros privados y nos enfocamos solo en el gasto público (Medicare, Medicaid, VA), el gobierno estadounidense destina un porcentaje de su PIB mayor que países con cobertura universal como el Reino Unido o Canadá.
Gasto Público en Salud como % del PIB

Gráfica de elaboración propia
La Paradoja de EE.UU. (Barra Roja): Observa que, incluso contando solo el dinero del gobierno, EE.UU. gasta un 8,5% del PIB. Esto es más que lo que gasta el gobierno de Reino Unido (8,0%) o Canadá (8,1%) para cubrir a toda su población. Esto refuerza el argumento de “ineficiencia”: el gobierno de EE.UU. gasta como un sistema de bienestar europeo, pero sin dar una cobertura universal. A diferencia de Alemania o Francia, ese dinero no compra cobertura para todos. Se diluye en un sistema de precios inflados diseñado para maximizar los márgenes de intermediarios (aseguradoras y administradores) en lugar del bienestar del paciente
· El rezago de México (Barra Verde): Con un 2.8% , México está al final de la tabla de la OCDE, solo por encima de economías como India en esta selección. Esto explica por qué el gasto de bolsillo (lo que la gente paga en las farmacias) es tan alto en el país.
2. El Mapa de la Ineficiencia: Costo vs. Satisfacción
El verdadero problema financiero de EE.UU. no es solo cuánto gasta, sino el pésimo “Retorno de Inversión” (ROI) que obtiene.
Mapa de Eficiencia en Salud

Gráfica de elaboración propia
Los datos provienen principalmente del Ipsos Global Health Service Monitor 2023, que mide el porcentaje de personas que califican la calidad de su atención médica. Los datos para México son ajustados con tendencias locales (INEGI) donde la satisfacción con los servicios públicos estatales suele rondar del 37-42%.
Al analizar la satisfacción ciudadana frente al gasto, Estados Unidos aparece en el cuadrante de la ineficiencia mediocre (punto rojo):
- Su Gasto es Nivel Premium “Clase Ejecutiva”.
- Pero su Satisfacción es Nivel Medio-Bajo (48%), similar a sistemas saturados que gastan la mitad.
El culpable no es solo el gasto en salud. La deuda nacional de EE.UU. se alimenta de dos gigantes: Salud y Defensa. Sin embargo, el gasto en Defensa rara vez genera parálisis legislativa bipartidista, mientras que la Salud se ha convertido en el rehén político favorito. La narrativa se centra en recortar beneficios, cuando el análisis financiero sugiere que el problema son los costos unitarios : EE.UU. paga precios artificialmente altos por medicamentos y procedimientos que en Europa cuestan una fracción.
La trampa de las expectativas (Asia vs Occidente)
Nota cómo China e India tienen percepciones altas. No es porque sus sistemas sean objetivamente mejores que el alemán, sino porque la tendencia es de mejora rápida, digamos que la expectativa del sistema de salud hace no muchos años era muy baja.
En contraste, Occidente (Reino Unido, Canadá, EEUU) muestra fatiga. Los sistemas están saturados y la gente siente que recibe menos valor por sus impuestos que hace 10 años.
El “Enigma Japonés”: Víctima de su propio éxito demográfico
Japón merece una mención especial en nuestro gráfico. Tradicionalmente visto como el estándar de oro en salud (tienen la esperanza de vida más alta del mundo), su posición en el cuadrante de “satisfacción mediocre” (46%) con un gasto público alto (9.2%) parece un error de datos, no lo es, más bien es una advertencia económica para el futuro de Occidente.
Japón no sufre de la inflación de precios corporativos de EE.UU., sino de una saturación demográfica .
- La “Medicina de 3 Minutos”: Debido a que el acceso es universal y casi gratuito para los ancianos, la demanda es masiva. Los médicos japoneses ven un volumen industrial de pacientes diarios, lo que ha popularizado el término “consulta de 3 minutos” después de esperar 3 horas. El paciente recibe un excelente tratamiento clínico, pero una pésima experiencia de servicio.
- La Trampa Demográfica: Japón gasta mucho porque su población es la más envejecida del planeta. El sistema está financieramente presionado no por ineficiencia administrativa (como en EE.UU.), sino por el puro volumen de consumo de una sociedad superenvejecida.
- Sesgo Cultural: Para el analista de datos, es crucial entender que el consumidor japonés es culturalmente el más exigente y menos propenso a dar calificaciones de “10/10” en encuestas, lo que deprime sus números frente a culturas más optimistas como la india o la estadounidense.
3. La Tercera Vía: El Modelo de Singapur
Si miramos la gráfica de dispersión, el verdadero ganador es Singapur (punto dorado). Con un gasto público minúsculo (~2.8% del PIB), logra niveles de satisfacción del 71%, superiores a cualquier potencia occidental.
¿Por qué Singapur debería ser el modelo a estudiar por Republicanos y Demócratas? Porque satisface ambas ideologías:
- Para los Republicanos (Responsabilidad Individual): El sistema se basa en el “Medisave”, cuentas de ahorro obligatorias donde cada ciudadano paga sus gastos médicos menores y rutinarios. Esto elimina el “riesgo moral” del uso excesivo y fomenta la competencia de precios.
- Para los Demócratas (Red de Seguridad): El gobierno actúa como un reasegurador de última instancia para gastos catastróficos (cáncer, cirugías mayores), garantizando que nadie quiebre por enfermarse.
Es un modelo de “capitalismo compasivo” que mantiene el gasto público bajo y la calidad alta.
4. Mercados Emergentes: La Psicología de la Mejora y el Caso México
El gráfico también nos muestra dos fenómenos interesantes en economías en desarrollo:
El optimismo de Asia (China e India)
Sorprende ver a China (punto morado) e India con niveles de satisfacción relativamente altos pese a tener sistemas menos avanzados tecnológicamente que Occidente. Esto es un fenómeno de “expectativa de mercado” . Vienen de niveles de cobertura muy bajos; por tanto, la rápida expansión del acceso en la última década genera una percepción positiva. El ciudadano siente que “hoy está mejor que ayer”.
México y el Boom de las “Farmacias Similares”
En el otro extremo está México (punto verde). Con un gasto público anémico (2,8%) y una satisfacción baja (37%), el mercado ha tenido que intervenir donde el Estado falló. Ante la saturación y el desabasto del IMSS e ISSSTE, hemos visto el auge masivo de los Consultorios Adyacentes a Farmacias (CAF) , como el modelo de “Farmacias Similares”.
Desde un punto de vista de análisis de mercado, esto es una privatización de facto y silenciosa de la salud primaria. La clase media-baja mexicana ha optado por pagar de su bolsillo enfermedades y medicinas de gasto bajo y medio, para evitar la ineficiencia burocrática, creando un sector económico multimillonario que suple la falta de inversión pública.
Conclusión
El fin del cierre de gobierno en EE.UU. es solo una curita. Mientras Washington no aborde la estructura de costos (siguiendo ejemplos de eficiencia como Singapur) o acepte la realidad de sus precios inflados, la salud seguirá siendo el mayor motor de deuda a largo plazo.
Una lección financiera: Japón nos enseña que incluso un sistema bien diseñado puede colapsar en percepción cuando la demografía (demanda) supera la capacidad instalada (oferta), convirtiendo las salas de espera en el cuello de botella de la economía.
Para los mercados emergentes como México, la lección sería que: cuando el Estado no invierte (Gasto Público bajo), el sector privado encuentra la forma de llenar el vacío, aunque el costo social sea transferir la factura directamente al bolsillo del ciudadano.



